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miércoles, 9 de febrero de 2011

Una nueva modalidad literaria: La narrativa poética sindical


 Este texto/poema narrativo se ha publicado en un boletín sindical

¡¡¡Ya está bien - Aski da!!!

Mientras la palma de la mano recibe el calor de la taza de café de media mañana o de media tarde (las de aquellos que puedan permitirse el descanso), aparece ese impulso –tan humano- de compartir venturas y desventuras personales Y del entorno. Las más de las veces, casi siempre, brotan quejas sobre nuestras condiciones de trabajo: la falta de tiempo, la sobrecarga y el estrés que nunca falta; la penuria de sustituciones, la poca educación sanitaria de mucha gente; nuestra bajada de sueldo y las, subidas de los directivos…

Últimamente la situación laboral viene a ser monotema. ¿Por qué? Porque, nunca hasta ahora, se había visto un despotismo tal, (y en este caso muy poco ilustrado) como el que los dirigentes de Osakidetza exhiben para con los sindicatos y en definitiva para con los trabajadores y usuarios que somos quienes en última instancia sufrimos las consecuencias de su mala gestión.

Tras unos minutos de conversación y animados por reconfortantes sorbos de ese café, alguien dice:
¡Ya está bien, deberíamos de hacer algo!

Al conjuro, muchos agachan la cabeza o hacen una leve afirmación y cambian de tema; otros lanzan grandes ideas al viento, sin meditarlas, imposibles de ejecutar, ideas que se disuelven como el azucarillo bajo la superficie del café, testigo de nuestra desazón.

Entre vuelta y vuelta de la cucharilla, suele planear otra frase, tan vieja como el mundo, pues se trata de encontrar y designar el chivo expiatorio, el que nos exime de culpa por la inacción y la apatía:
¡Y los sindicatos no hacen nada!, ¡están conchabados con la Dirección!

Estas frases demuestran un desconocimiento profundo, tanto de la realidad sindical como del funcionamiento actual de Osakidetza. Nos explicamos: Pese a todo el marco normativo que la rodea y regula, los dirigentes de Osakidetza tienen un amplio margen para hacer su voluntad. Los sindicatos son el mecanismo que un sistema democrático pone al servicio de los trabajadores para frenar las tropelías de la Dirección. Para ello existen cauces establecidos por la legislación laboral y administrativa y por los acuerdos de condiciones de trabajo. El problema viene cuando no es así, cuando a la parte sindical se le niegan sus herramientas, cuando no nos dejan medios de defensa….. entonces es el momento en que todos, sindicatos y trabajadores, debemos utilizar medidas de fuerza.

Pero, ya con el café un poco más templado, ¿Qué es lo que se puede hacer para que Osakidetza no campe a sus anchas en contra de nuestros derechos? Y la respuesta es: tener unos sindicatos y trabajadores fuertes. ¿y qué hace fuerte a un sindicato? … cuatro pilares fundamentales: la fuerza económica que le dan sus afiliados, la fuerza de la representatividad que le dan sus votantes, la fuerza organizativa de la gente que se implica y colabora, y la fuerza de movilización que le da la respuesta de los trabajadores a los llamamientos que hace el sindicato. Todo ello se multiplica si el colectivo (en este caso los médicos) está unido. Sin estas cuatro condiciones poco puede hacer un sindicato para cambiar de rumbo los atropellos de la Dirección.

A pesar de disfrutar del bizcocho que nos mira desde el centro de la mesa, el ambiente no se endulza. La situación actual es de una prepotencia histórica, desconocida hasta ahora en Osakidetza. Han incumplido acuerdos previos y han bloqueado cualquier cauce negociador para los proyectos que están imponiendo: Remodelación de PACs, Programa de crónicos, Guardias conjuntas en hospitales, desmantelamiento de laboratorios, OSI de Bidasoa con desprecio de derechos de sus trabajadores; desmantelamiento del Banco de Sangre de Gipuzkoa; plan de Pediatría Extrahospitalaria …….

Los máximos dirigentes de Osakidetza están desaparecidos; basan su gestión en el marketing de los medios de comunicación; las gerencias de hospitales y comarcas hacen de su capa un sayo porque la ausencia de regulación central es clamorosa; la OPE 2008 está inacabada, la Carrera Profesional no se convoca. Para qué hablar de la bajada de sueldo (la nuestra) que todos conocemos, y la subida (la suya) que se han hecho sus directivos.

Pero el tiempo apremia, ya debe de estar esperando el siguiente paciente, hay que volver al tajo. Con el último sorbo rápido, es hora de decir ¡¡BASTA YA!! – ASKI DA!!. Los sindicatos hemos intentado (hasta la saciedad) utilizar los mecanismos de negociación laboral; la respuesta de Osakidetza ha sido el desprecio y el ninguneo, cuando no el engaño. Es hora de ejercitar la fuerza de la movilización y de demostrar a Osakidetza que no somos corderos dispuestos a obedecer calladamente cada una de sus imposiciones.

Animamos a todos los facultativos a que (sin perjuicio de cumplir escrupulosamente con la labor asistencial a la que nos debemos) empecemos por negarnos a colaborar más allá, con una empresa que nos niega el pan y la sal. Desde el SME y la FFHE os instamos a estar atentos a los llamamientos de movilizaciones y a participar en ellas. Demostraremos con ello que, además de ser profesionales, somos personas dispuestas a pelear por aquello de lo que diariamente nos estamos quejando. La pasividad es una excelente correa de transmisión para la prepotencia e imposición de Osakidetza. Nuestros silencios son la fuerza de la arbitrariedad. Contra esta pasividad, no hay sindicato que pueda luchar.

Los posos del café de la taza vacía que reposa ante nosotros pueden ser nuestro futuro … si lo permitimos.

¿Será el que nos mereceremos?

Lo primero que me ha llamado la atención es que tenemos un poeta sindical. ¡Que prosa tan emotiva!, ¡que circunloquios!, ¡que metáforas!. Toda una innovación en el lenguaje sindical. Me congratulo con el descubrimiento.

Respecto al contenido hay un par de reflexiones que me vienen a la cabeza:

Parece que dos años de “desprecio y ninguneo, cuando no de engaño”, sufriendo una “prepotencia histórica, desconocida hasta ahora en Osakidetza, que han incumplido acuerdos previos y han bloqueado cualquier cauce negociador para los proyectos que están imponiendo” están resultando una pesada carga para el movimiento sindical y que ahora suenan las campañas a rebato: "Es hora de ejercitar la fuerza de la movilización y de demostrar a Osakidetza que no somos corderos dispuestos a obedecer calladamente cada una de sus imposiciones. Cuando a la parte sindical se le niegan sus herramientas, cuando no nos dejan medios de defensa….. entonces es el momento en que todos, sindicatos y trabajadores, debemos utilizar medidas de fuerza!.

Así que parece que se avecina un 2001 con movilizaciones. Una confrontación en toda regla. Pero ya se sabe que dos no discuten si uno no quiere

Así que espero que la empresa no quiera y viendo lo que se avecina, (si no lo ven yo les mandaría al oftalmólogo, pero con la lista de espera que tenemos, no tendrán cita hasta tener los hechos consumados), se plantee una estrategia de negociación y pactos, más que nada por los usuarios que bastante tienen con los otros problemas de la vida cotidiana.

Y a las organizaciones sindicales les pediría que definan bien los objetivos, que sean asumibles (el olmo no da peras) y que se planteen acciones coherentes y viables.

¿Pero qué tipo de "medidas de fuerza" se van a plantear? ¿Innovadoras o más de lo mismo? ¿Que sean posibilistas o que nos lleven a un callejón sin salida?

Reconocer lo obvio nunca está de más pero obvio es. Que un sindicato, como cualquier otra organización "depende de sus afiliados que lo mantienen" y "simpatizantes que les votan", de "la gente que se implica y colabora" y de "la respuesta de los trabajadores ante sus propuestas" es evidente. Bien está reflejarlo sobre todo para luego ser consecuente con ello si por un casual la gente no se implica y no colabora y la respuesta de los trabajadores ante sus propuestas no es la esperada.

Que Dios nos coja confesados y la Virgen de Begoña no tenga en sus plegarias. Amén

1 comentario:

  1. Hola!
    mira, soy una recién licenciada en Medicina, y acabo de hacer el MIR
    tenía intención de hacer Medicina de Familia en el País Vasco, pero no sé muy bien como va.
    Si me respondieras algunas preguntillas, te lo agradecería; espero que no te moleste que las plasme aquí.

    ¿Después de acabar la especialidad, tengo que hacer oposiciones para Atención Primaria? si no, no tendría trabajo, verdad? y luego, tampoco sacaría una plaza para mi? son como el resto de oposiciones que tienes puntos y haciendo sustituciones vas subiendo??
    ¿Cuánto se puede tardar en conseguir tu plaza fija??

    Muchas gracias de antemano!

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