Retorno, tras una semana de disfrute personal (también llamadas vacaciones), y al sentarme ante el ordenador con el primer paciente compruebo que el módulo de prescripción de nuestro querido Osabide ha cambiado.
Intento prescribir una marca comercial y la única alternativa que se me presenta en pantalla es su equivalente en DOE.
Pienso: estaré aun espeso tras las merecidas vacaciones, tal vez he desconectado tanto con el curro que ya no recuerdo alguna peculiaridad del programa, en mi ausencia se han producido importantes novedades que desconozco a pesar de haber repasado el correo a primera hora y no haber visto nada en referencia a este asunto.
Avanzaba en la consulta, cada vez más sorprendido, cuando me llama un compañero para preguntarme si lo que le sucedía, que era lo que me sucedía, era algo de su ordenador o compartíamos la sorpresa y la incredulidad.
!Menos mal! !esto no es cosa mía, nos pasa a todos! pero nadie sabía nada de las causas ni de los porqués.
A media mañana, tras unas llamadas proactivas de nuestro JUAP, nos llega la respuesta a nuestras dudas y asombros. Se acaba de instalar una nueva versión del programa y este por defecto hace, y va a seguir haciendo, lo descrito. Si uno quiere optar a una marca o a un EFG concreto, debe hacer un click en una lupita nueva que ha aparecido y que por supuesto nadie sabía para que servía.
Total, la diferencia es sólo un click. Pero este click supone bastante más que un simple movimiento compulsivo de la mano que gestiona el ratón.
En primer lugar se ha realizado un cambio sin comunicarlo previamente a los que lo van a sufrir. De lo de consultar previamente ni hablamos. ¿Para qué?. Pero lo importante no es eso sino que de nuevo se equivocan de estrategia.
Una cosa es vencer y otra convencer. Este tipo de “dificultades añadidas” seguro que tienen sus claros resultados a corto plazo. No lo dudo. Lo que es seguro es que los que han diseñado los indicadores para controlar la eficacia de la acción, no han contemplado indicadores de satisfacción de los profesionales, no han valorado las sensaciones que quedan de que nos consideran "tontitos del haba" ni la posibilidad de que acciones repetidas en este sentido puedan provocar reacciones contrarias a las inicialmente previstas.
Yo por si acaso ya me he reservado diez minutos al día de una gimnasia especial para fortalecer mis estructuras de la muñeca a fin de que no se vea resentida por el aumento de click que me veré obligado a realizar a partir de ahora. Siempre me he manifestado a favor de prescribir por DOE pero quiero que esta decisión sea fruto de mi libertad y no de que se me someta a una serie de carrera de obstáculos para poder optar a otra elección. Parece que estrategias para convencer no se les ocurren muchas y que ante la escasez de ideas para ello se decantan por las encaminadas a vencer. No es más que la expresión de un rotundo fracaso y que debería hacerles pensar en las causas. Un poco de autocrítica vendría bien. No siempre vamaos a ser los malos de la película los malvados prescriptores.
Intento prescribir una marca comercial y la única alternativa que se me presenta en pantalla es su equivalente en DOE.
Pienso: estaré aun espeso tras las merecidas vacaciones, tal vez he desconectado tanto con el curro que ya no recuerdo alguna peculiaridad del programa, en mi ausencia se han producido importantes novedades que desconozco a pesar de haber repasado el correo a primera hora y no haber visto nada en referencia a este asunto.
Avanzaba en la consulta, cada vez más sorprendido, cuando me llama un compañero para preguntarme si lo que le sucedía, que era lo que me sucedía, era algo de su ordenador o compartíamos la sorpresa y la incredulidad.
!Menos mal! !esto no es cosa mía, nos pasa a todos! pero nadie sabía nada de las causas ni de los porqués.
A media mañana, tras unas llamadas proactivas de nuestro JUAP, nos llega la respuesta a nuestras dudas y asombros. Se acaba de instalar una nueva versión del programa y este por defecto hace, y va a seguir haciendo, lo descrito. Si uno quiere optar a una marca o a un EFG concreto, debe hacer un click en una lupita nueva que ha aparecido y que por supuesto nadie sabía para que servía.
Total, la diferencia es sólo un click. Pero este click supone bastante más que un simple movimiento compulsivo de la mano que gestiona el ratón.
En primer lugar se ha realizado un cambio sin comunicarlo previamente a los que lo van a sufrir. De lo de consultar previamente ni hablamos. ¿Para qué?. Pero lo importante no es eso sino que de nuevo se equivocan de estrategia.
Una cosa es vencer y otra convencer. Este tipo de “dificultades añadidas” seguro que tienen sus claros resultados a corto plazo. No lo dudo. Lo que es seguro es que los que han diseñado los indicadores para controlar la eficacia de la acción, no han contemplado indicadores de satisfacción de los profesionales, no han valorado las sensaciones que quedan de que nos consideran "tontitos del haba" ni la posibilidad de que acciones repetidas en este sentido puedan provocar reacciones contrarias a las inicialmente previstas.
Yo por si acaso ya me he reservado diez minutos al día de una gimnasia especial para fortalecer mis estructuras de la muñeca a fin de que no se vea resentida por el aumento de click que me veré obligado a realizar a partir de ahora. Siempre me he manifestado a favor de prescribir por DOE pero quiero que esta decisión sea fruto de mi libertad y no de que se me someta a una serie de carrera de obstáculos para poder optar a otra elección. Parece que estrategias para convencer no se les ocurren muchas y que ante la escasez de ideas para ello se decantan por las encaminadas a vencer. No es más que la expresión de un rotundo fracaso y que debería hacerles pensar en las causas. Un poco de autocrítica vendría bien. No siempre vamaos a ser los malos de la película los malvados prescriptores.
Por si te sirve de consuelo, en Andalucía tenemos el DIRAYA, que cuando le marcas el medicamento en nombre comercial, te lleva a una pantalla con todos los medicamentos con el mismo principio activo, y de elección el mismo principio.
ResponderEliminarSi además pones un nombre comercial en el ordenador, y éste se pasa de precio de referencia, te pregunta si estás seguro en rojo.
Parece que vas a asesinar a alguien.
En fin creemos que somos libres en la prescripción, pero nada más alejado de la realidad.
Sin darnos cuenta nos convertimos en borregos que recetamos lo que quieren los jefes.
Yo soy también un partidario de utilizar principios activos(de hecho mi perfil de prescripción está por encima del 94%),pero suelen utilizar todas las C.C.A.A. las mismas armas para controlarnos.
Si además existe lo que aquí llaman C.R.P. (Complemento Rendimiento Profesional), es decir una "zanahoria incentivadora"; "pasta" que meten en las nóminas complementarias de Abril en función de objetivos individuales y colectivos de Unidades de Gestión Clínica, y el más importante el gasto de farmacia con sus parámetros, casi ninguno nos cuestionamos porqué hacemos las cosas así y no de otra forma.
A mí lo que me da miedo es, ¿en que más me manipulan sin darme cuenta?
La manipulación es múltiple, no solo de nuestra querida empresa. No nos podemos olvidar la manipulación de las empresas farmacéuticas, las cuales invierten millones en "convencernos" de la bondad de sus productos, para lo cual no dudan en bombardearnos con propaganda de todo tipo, nos invitan a comer, a beber, a..., pagan los congresos, de los cuales se nutren a su vez las sociedades científicas, las cuales sacan las guías, hacen los trabajos de investigación que les interesa a las empresas... Está claro que un médico por una comida no se vende, tampoco un presidente de comunidad autónoma por un traje; pero queda tan feo.
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