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lunes, 4 de julio de 2011

Un cocktail imposible

 
Hay cockteles que resultan de difícil combinación y eso es lo que le ha pasado a Don Fermín. Mezclar agua y aceite supone necesitar de un tercer elemento que posibilite lo que de forma natural es imposible.

Intentar mezclar en el mismo recipiente la opinión del sector ultra ortodoxo radical de una formación religiosa con la ciencia suele resultar complejo. A no ser que de las lecturas de los documentos uno se quede con las anécdotas, se tome el rábano por las hojas y se utilice una parte  para dar la impresión del todo.
 
Veamos por partes. Es por todos conocido la preocupación que embarga a este sector ultra ortodoxo con la salud. No quiero ni mencionar los temas del aborto, la fecundación, la anticoncepción o la atención al final de la vida. Lo que algunos tal vez no conozcan es su preocupación por la salud de "enfermos" que no son tal. La última la protagoniza el obispo de Alcalá, que ha declarado a los homosexuales enfermos (si, en pleno 2011) y además aporta la solución o cura para este problema.  No aporta mucha base científa sobre los resultados de los tratamientos.
 
Olvida este cura que no sólo la homosexualidad no es una enfermedad, sino que él padece de otra claramente tipificada en el DMS IV y que se incluye en el capítulo de las fobias: la homofobia codificado  como F 40.2 o 320.29 del CIE. Sobre el pronóstico y el tratamiento en el caso de este cura prefiero no pronunciarme aunque visto lo visto le puedo recomendar algúna lectura e incluso algún tratamiento de choque. Pronóstico reservado

Pero allá él y Don Fermín (qué tiempos aquellos en el que era el responsable de comunicación de una consejería en un gobierno socialista) con sus planteamientos religiosos. Pero asociar en el mismo titular la opinión de estos progres de la salud con el comunicado que la SECPAL y la OMC han dirigido a la Ministra de Sanidad es una pirueta indescriptible. "La Iglesia católica contra la ley de muerte digna... y los profesionales sanitarios, también" Como se puede ver hay otras formas de titular la misma noticia: "La SECPAL no cree que esta ley regule la eutanasia, aunque sí que hay aún aspectos que se pueden mejorar"
 
El documento en cuestión es un conjunto de propuestas que tiene como objetivo la mejora de un proyecto que como todo proyecto humano es susceptible de mejora. El documento consta de 12 puntos y su espíritu plasma el deseo de que todo paciente pueda y deba tener opción a unos cuidados paliativos de calidad y accesibles en la etapa final de la vida e insta a poner en marcha los recursos y la agilización de los trámites necesarios (formación, infraestructuras, equipos multidisciplinares, elementos facilitadores para los cuidadores etc.)  para que esto se produzca. Perfecto.

Solamente en un punto, el 8, dice: “La nueva ley debe promover el respeto de las buenas práctica médica y de los códigos de deontología de las profesiones sanitarias” Claro, como en TODOS los actos sanitarios que afectan a la práctica médica en concreto y esta no puede ni debe ser una excepción. 
 
Deducir de esto que los médicos están en contra de regular, con cabeza y escuchando a los pacientes, sus actuaciones en la fase final de la vida no lo acabo de entender.

Y para ello intenta utilizar un emulsionante, a mi buen amigo Jacinto Bátiz, hombre sensato del que sospecho que no se sentirá muy cómodo en este papel de intentar unir a la ciencia con los sectores radicales de la religión. Cada cosa en su terreno. Los que pertenezcan a este grupo religioso que sean consecuentes con sus principios pero no manipulemos a otros sectores ni intentemos socializar los valores de un grupo a toda la colectividad.

Nota de cata: este cocktail no hay quien se lo beba y por supuesto que un servidor no está incluido en ese plural colectivo de "los profesionales sanitarios, también"

!Ay Fermín, Fermín!

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