Adicciones: de los videojuegos a internet

Que tiempos aquellos en los que la prensa y los salvaguardadores de la salud del mundo mundial alertaban sobre el peligro que  acechaban a nuestros pequeños por jugar a los videojuegos. Recuerdo una reunión con "expertos" en la que cometí la osadía de precisar que no había que confundir la herramienta con el mal uso de la herramienta. Por poco me comen. Argumentaba yo que un libro y la lectura es cosa sana donde las haya pero que si un niño dedica toda su actividad a la lectura y renuncia a los juegos y a la socialización, la lectura, en ese niño, era un problema no siéndolo la lectura en si misma y que lo que se ponía de manifiesto era un síntoma y no una enfermedad. Y que lo mismo pasaba con los videojuegos.

El tiempo ha puesto las cosas en su sitio y hoy las partes positivas de los videojuegos han llegado a ser utilizados en terapias con los pacientes como este ejemplo reciente.

Pero los que vigilan la salud del mundo mundial no cesan y hemos cambiado el problema uno por el dos. Ahora es la adicción a internet y digo yo que siendo ciertas las conductas adictivas, en general no lo son per se sino como forma de manifestación de otros problemas subyacentes. Pero lo que pasa es que con ese enfoque los titulares molan mucho menos.

Pero el negocio es el negocio y ya ha aparecido el primer hospital público para tratar la adicción a internet (le voy a poner un acrónimo que sin él, no hay enfermedad ni patología que se precie: el TAI (Trastorno de Adicción a Internet).

En solo 10 días y por 14.000 dolares te dejan como nuevo y ya no te acercas a un navegador ni en sueños (salvo causa de fuerza mayor y por prescripción facultativa). Se puede ser simple pero no tanto.

Yo confieso que tengo cuarto y mitad de TAI y que necesitaría tratamiento pero también confieso que si tuviera 14.000 dolares disponibles los emplearía en darme un caprichito de diez días a todo plan. Eso sí, en sitios que tengan wifi. Y esperaré paciente a que se invente la píldora eficaz contra esta adicción y a que sea financiada por el SNS, cosa que estará al caer. También cabe la posibilidad que que en vez de pastilla aparezca una vacuna. Al tiempo.