Como en todos los principios y con todas novedades siempre hay visiones contrapuestas. Desde los entusiastas que se lanzan cuesta abajo y sin frenos y propugnan la novedad como la solución a todos los males, hasta los escépticos que les cuesta rendirse a la evidencia y se resisten como gato panza arriba a incorporar en sus hábitos esas cosas de la modernidad.
Y con la Telemedicna no puede pasar otra cosa.
Las voces proclives concluyen sus informes con :
Los informes tanto de organismos públicos, como la Comisión Europea, y de entidades privadas orientadas a la búsqueda de nuevos mercados, coinciden en pronosticar para los próximos años un importante auge y desarrollo de la telemedicina en el entorno europeo.
Además, existe amplio consenso acerca de que la integración de la telemedicina en los sistemas de salud, supondría una importante reducción de costes, lo que en un contexto de crisis económica resulta un factor a considerar especialmente.
La ausencia de instrumentos legales específicos en España que avalen la práctica de la telemedicina puede constituir un lastre que frene o retarde la expansión de esta práctica en nuestro país, con los consiguientes perjuicios para los pacientes que podrían beneficiarse de ella, para los sistemas de salud y para las empresas privadas con intención de invertir en este campo. Por tanto, resulta conveniente hacer una llamada de atención a la Administración sanitaria para que apueste por una pronta regulación de esta actividad, y preferiblemente a nivel
del Estado con el fin de conseguir una
homogeneización e interoperabilidad en
todo el territorio.
Pero otros intentan medirlo y los resultados no resultan tan apabullantes :
De los datos y resultados obtenidos del ensayo clínico con
número de registro SRCTN62033748,
llevado a cabo en el Hospital Universitario Donostia se concluye que con respecto a la utilización
de servicios sanitarios, se observó, para el procedimiento EMAI más
telemonitorización y para la población participante
en el mismo, una disminución, que fue estadísticamente significativa, de la
duración de la estancia hospitalaria, y una tendencia a un menor número de ingresos hospitalarios y visitas a
urgencias.
En cuanto al impacto del procedimiento EMAI más
telemonitorización sobre la calidad de
vida de los pacientes, se observo la no existencia de diferencias
estadísticamente significativas con respecto al procedimiento EMAI, es más se aprecia una ligera tendencia a favor
de este último.
Por último, el análisis coste-efectividad indicó que, el
procedimiento EMAI más
telemonitorización es más barato y menos efectivo que el procedimiento EMAI. Si
se optase por la opción más barata, la intervención EMAI+Te podría ser la más adecuada al ser
entre un 44 y un 58% más barata que la intervención EMAI y tener una diferencia
en efectividad peque-ña 0,0414 (IC al 95%: -0,0917 a 0,1783). Si se optase por
la opción más efectiva, EMAI, el análisis coste efectividad nos indica que para una disponibilidad a pagar de 30.000
€/AVAC no sería coste efectiva, RCEI igual a 115.561 €/AVAC (CI al 95%: -951.909 €/AVAC a
748.696 €/AVAC)
En resumen: La telemedicina parece que puede ahorrar costes pero no mejora la efectividad y lo mas sorprendente no mejora la satisfacción de los pacientes.
Así que: sin correr colegas. Paso a paso y midiendo, que parece que no todo el monte es orégano
Yo creo que la telemedicina sirve (como el teléfono) para cosas que o bien no sabes si son importantes, o bien tienes ya el tratamiento y tienes dudas .... también depende de la edad, a mi madre no le parecería bien, a mi hija le encantaría .... a mi .... depende jajajaja
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