A algunos les parecerá una banalidad pero esta circunstancia en la que te sale un hijo o hija aficionado o aficionada, hincha del equipo rival del equipo de tus amores, está descrita, en el último DMS IV, como factor desencadenante de cuadros depresivos, de inseguridad en uno mismo (¿será hijo mío?, ¿qué he hecho yo mal?), de disconfort emocional, de baja autoestima ... con claras repercusiones en la vida cotidiana, social y laboral.
El cachondeo de los amigos (¿estás seguro que es hijo tuyo?), las miradas asesinas de los compañeros de trabajo (¿como vamos a confiar en él con un hijo así? ¡Vaya ejemplo que les dará en casa!), el vacío que se forma en torno a ti cuando acudes a ver a tu equipo (¿Si es que hasta huele al otro equipo!) ... es insoportable. El riego de suicidio se multiplica por diez.
Por suerte, alguién ha pensado en un tratamiento preventivo. Ha nacido la
BabyGol Therapy
Con estos temas no se juega.
Más vale prevenir
No hay comentarios:
Publicar un comentario