La noticia de que en el año 2012, un total de 400.000 residentes en Euskadi no han usado el sistema sanitario público en los últimos doce meses, bien porque no están enfermos o bien porque acuden al sector privado ha merecido un titular de prensa. Si lo relacionamos con la población total, supone que un 18% no han ido por Osakilandia en el último año.
Pero si lo vemos al revés resulta que el 82% si han ido y está claro que este no es un buen negocio. Cualquier póliza de seguro que tenga una siniestralidad del 82% de sus contratantes es una ruina, seguro.
Y si además un 5% de la población (110.000 personas) se zampan el 35% del gasto sanitario parece que está claro que son estos compatriotas la población diana sobre la que hay que trabajar, ya que a poco que lo hagamos mejor, los resultados serán de un impacto elevado.
Pero ¿qué hay que hacer para hacerlo mejor?. Lo primero, hacerlo de forma diferente. Ya lo dijo Einstein "Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo.". Pero es fácil enumerar el principio general y no tanto especificar las áreas en las que hay que modificar el rumbo.
A este respecto, he tenido la fortuna de escuchar a José Ramón Repullo en un par de ocasiones en un corto periodo de tiempo. A margen del placer de escuchar a un buen orador, con un discurso coherente, que sabe de lo que habla (al margen de coincidencias con sus argumentos) me he quedado con dos de sus diapositivas porque me parece que centran el debate de forma meridiana.
La primera habla de las reformas que necesita el sistema para racionalizarlo
Como muy bien explica, los políticos cortoplacistas (y de baja talla política) sólo alcanzan a las manzanas de la parte baja del árbol y solo ponen en marcha los recortes y medidas de cambio de baja complejidad. (son los políticos liliputienses, la zorra de la fábula que apelan a que las altas están muy verdes)
Se echa en falta líderes que propongan abordar los problemas asumiendo los cambios con propuestas de alta complejidad. Aquellas que si se alcanzan e implantan, sus positivas consecuencias se mantendrán a lo largo del tiempo y permitiría renunciar a las medidas simples de la parte baja del árbol. Y en el peor de los escenarios, no se deberían aplicar las medidas de baja complejidad sin asumir el reto de intentar las de alta complejidad
Otra de la ideas que le he benchmarkiniado (palabro de alta complejidad) a Repullo es la referente al circulo de la mejora
Inconcebible que no sea el catón de cualquier político que se dedique a esto de la sanidad. ¿Que hay que reducir presupuesto? Pues empiece usted por desinvertir en lo ineficaz, en lo inseguro, en lo innecesario, en lo inútil, en lo inclemente y en lo insensato y luego, y sólo luego, cuando haya cumplido con esta obligación de su cargo, y si no es suficiente y hay que seguir reduciendo, seguimos recortando.
¿Dónde está aquí el botón de Me Gusta?. Cuenta con mi voto.
ResponderEliminar