El Decálogo de Darpón para explicar su modelo sanitario

Nada menos que un editorial le ha dedicado Redacción Médica a nuestro Consejero y a su modelo sanitario.

De su lectura me he permitido extractar 10 ideas que se convierten en el Decálogo de Darpón para explicar su modelo sanitario

1. La sanidad de Euskadi, como referente inexcusable en el conjunto del Sistema Nacional de Salud (SNS)
2. Más que en prestar atención sanitaria gracias a los muchos y variados recursos de los que dispone, el consejero ha fijado su propósito político en generar salud. 
3. Orientar y planificar el sistema hacia el bienestar de las personas, más que a la cobertura de sus enfermedades. 
4. No quiere oír hablar de primaria ni de especializada, sino de paciente 
5. La defensa de la integración asistencial implica un cambio formidable en los roles de los profesionales y, sobre todo, una reducción de estructuras directivas 
6. El consejero es un firme partidario de trabajar con equipos reducidos, eficaces y que permitan evitar la excesiva fragmentación de tareas que caracteriza a las actuales organizaciones sanitarias 
7. Darpón quiere pocos directivos. Pocos, pero, sorprendentemente, políticos: prefiere la confianza a la profesionalidad. 
8. Es partidario de ir poco a poco en medicina personalizada 
9. Ser prudente en la incorporación de innovación farmacológica 
10. No ampliar la colaboración público-privada.

Comparto con él, nueve de los diez puntos

Me parece importante mantener a la Organización como referente en el ámbito sanitario estatal. Comparto su concepto de salud, con visión transversal del problema, y haciendo hincapié en las personas, sus problemas y necesidades lo que implica dar el salto a los espacios sociosanitarios.

Las OSIs como modelo son una apuesta que habrá que esperar a ver como se estructuran y si  son capaces de responder a ciertos retos que plantea. El más importante, y donde le deseo mucha suerte porque la va a necesitar, es en el cambio de roles de los profesionales.

Su apuesta en la estructuración de los equipos directivos me parece que puede funcionar. En lo que discrepo totalmente es el la priorización que hace, primando la confianza sobre la profesionalidad. Estamos hartos de este perfil. Comprendo que es más cómodo para él, pero no transmite confianza a los trabajadores.

Comparto su prudencia al respecto de las novedades de todo tipo y en dimensionar la colaboración público privada en unos términos razonables.

En resumen: Un decálogo con pilares firmes, con apuestas llenas de incertidumbres en su desarrollo futuro y con un punto con el que discrepo, que serán la base de su modelo sanitario en los próximos años y que a la postre será el nuestro (los profesionales sanitarios y los usuarios)