A estas alturas de la película ya hay dos bandos claramente diferenciados. Los que creen y apuestan por el uso de las TIC en el futuro de la sanidad y los escépticos que no ven que esto repercuta en indicadores de salud y que apelan a la evidencia (o mejor a la falta de evidencia) para dudar de que este sea el camino.
Yo, como el jueves, estoy en medio. Creo en la potencia de las nuevas herramientas pero soy un pragmático escéptico cuando veo su implantación. No dudo tanto de los enfoques sino de los “cómos” que se están desarrollando e implantando con las nuevas tecnologías.
Y creo que el problema radica en la integración, o leído en negativo en la desintegración de todos los inventos e inventillos que surgen aquí, allá y acullá.
Para que cada idea, cada acción de telemedicina, de telediagnóstico, de telemonitorización, de relaciones interniveles, de los utilización de los datos de los apps etc. etc., aporte valor al paciente, al profesional que se ocupa de su proceso y al sistema sanitario, esto sólo puede suceder si todo ello se contempla como un todo. Si se produce el milagro de la integración.
Parece evidente que a día de hoy hay que contemplar al paciente en su movilidad y que el sistema y los profesionales nos tenemos que adaptar a él en las distintas estaciones que recorre en su camino de la salud (he dicho salud, no enfermedad) y para ello es imprescindible que cada paciente tenga una sola historia clínica.
Mal empezamos cuando vivimos en una sanidad que tiene 17 modelos de Hª Clínica incompatibles entre sí, con 17 modelos de receta electrónica incompatibles entre sí.
Peor seguimos si en nuestra comunidad, el tan cacareado Osabide Global parece que va a coexistir, mucho, pero mucho tiempo, con otro sistema de Hº Clínica diferente en A. P, Osabide AP.
Pero no perdamos la esperanza.
El éxito o el fracaso de todas las acciones de las TICs, de todos los programa de tele (tienda)… que pensemos, radica en que se integren de forma natural y factible en esa Hª Clínica única de cada paciente. Mientras sigamos con un programa de la empresa A que necesita un parche para funcionar y que es incompatible con el de la empresa B que a su vez casca con el de la empresa C, no vamos a ninguna parte.
Pero para que las empresas puedan desarrollar programas integrados de forma rápida y adaptarse a los cambios de las necesidades deberían poder acceder a las tripas de los programas. La cosa se pone fea si estos son propietarios, como lo son en la mayoría de los casos, dado que todas las Consejerías han decidido rechazar la opción del software libre para su desarrollo.
Otra opción es que se trabaje en el desarrollo de estándares internacionales para los indicadores de salud que junto a estándares de comunicación como los existentes actualmente (wi-fi, bluetooth) permitan que aun siendo hijos de su padre y de su madre sean capaces de comunicarse y de transmitir los datos en un lenguaje común.
Despues de lo relatado, ¿Alguien le ve futuro a la Sanidad 2.0?
Rafa, no creo que la integración de sistemas pase por una decisión de software libre o software propietario. La integración de sistemas pasa, como en otros temas de nuestro día a día, en la actitud de los responsables, por querer entenderse. Volvemos a lo de siempre, la tecnología es un medio y refleja lo que una organización es y quiere ser.
ResponderEliminarEfectivamente, existen estándares de interoperabilidad, y si los sistemas los implementan la integración es más fácil. Pero, esos estándares no son la panacea. Los técnicos me entenderán: cuántas integraciones, en la era de los Web Services, siguen funcionando mediante un fichero de texto que se envía por FTP. Y qué bien funcionan.
Con respecto al software libre o propietario, hay software libre buenísimo y también lo hay malo. Es decir, que sea libre ni quiere decir, que sea bueno, ni que sea gratis, ni que se integre con facilidad. Sin embargo, hay software libre de calidad, entonces la decisión parece clara.
El software libre es un nuevo modelo de negocio frente al clásico del copyrigth. Nos queda bastante para entender que colaborar y compartir es una alternativa económica sostenible, en el que la riqueza no es el objetivo.
Insisto, es cuestión de actitud. Y sobre todo hay que aprender de otros y no estar constantemente inventando la rueda para rellenar egos. Y si es cuestión de innovar, múltiples pruebas pequeñitas, cuyo error es asumible, para al final conseguir un gran éxito.
Que cosas dices Alfredo.
ResponderEliminarPor supuesto que para software malo, libre o propietario, nos sobran actitudes. Hay cosas tan obvias que mejor no meneallas.
Pero la realidad es que usamos mucho malo y muy caro.
La realidad es que las actitudes a las que apelas deben estar en la reserva porque nadie las usa.
La realidad es que ningunao de los pilotos actuales que se prueban en Osakidetza se ha integrado en la Historia ni se va a integrar.
La realidad es que si la integración es una quimera con software libre, ni te cuento si es propietario.
Ejemplo para ver por donde vamos: Receta electrónica.(o Histria Clínica si quieres) ¿Donde están las actitudes que deberían haber pactado un proyecto que si bien puede no ser único si al menos capaz de integrar e interactuar sin problemas?
La realidad es que EJIE manda mas que muchos Consejeros porque tienen la manija y no la sueltan ni la van a soltar y con el software libre sería otra cosa.
La realidad es que para conseguirlo habrá que gastar un montón de pelas. Muchas más si es propietario que libre, ni lo dudes.
La realidad es que el programa catalán lo ceden grátis y nadie lo quiere porque no tiene el lábel de cada uno.
Estándares en temas de datos de salud ( no de interoprabilidad que eso es otra cosa)yo no conozco ningún protocolo al respecto por lo que no sabemos nada de su eficacia o si sería una solución. No hay que inventar la rueda para rellenar egos pero menos repetir errores una y otra vez y a precio de escándalo para no avanzar ni un milímetro
La integración debería ser primero a nivel estructural y organizativo. La tecnología vendría después. Y ahí aplicamos estándares, software libre, o lo que sea, ...
ResponderEliminarLa utilización de las TIC como una varita mágica que transforma una calabaza en carroza es una ingenuidad.
Si la organización no es capaz de abordar una transformación, quizás puedes ser porque se debe plantear qué procesos le aportan valor y forman parte de su "negocio" y cuáles los debe contratan como servicios. Y antes de escucharlo, no estoy hablando de privatización sino de subcontratar servicios. Es práctica habitual en muchas actividades, sin embargo, a nivel de de Sistemas de Información seguimos pensando en que tener el servidor en nuestras instalaciones es sinónimo de seguridad.
En lugar de software libre o propietario yo abriría el debate a servicios de cloud computing vs sistemas de información a medida.
De acuerdo. Cuestión de cultura y valores, no de cachivaches.
ResponderEliminarY hay muchísimo interés de por medio, lo cual no deja de ser, al final, una cuestión de cultura y de valores
Estimado Rafa,
ResponderEliminarSoy Daniel Armendáriz, responsable de la oficina técnica de software libre de Gobierno vasco. No conozco en profundidad vuestra situación, aunque sí comparto contigo que no es la situación deseable. No obstante me gustaría apuntarte una serie de temas.
Como bien dice Alfrealday no estamos ante una cuestión de software exclusivamente, sino que debemos afrontar una serie de cambios estructurales y también organizativos. El software libre no debe ser un caballo de batalla, ya que de ser así al final puede que salga derrotado. La irrupción del software libre en el mercado ha traído muchos cambios. No son tantos las herramientas que aporta, que lo son, sino el modelo de desarrollo colaborativo, la gestión de los derechos de autor, los modelos de gobierno del procomun, y más. Son una serie de patrones innovadores que se han ido perfeccionando durante muchos años. Ya han pasado casi 30 años desde sus comienzos. Esto confirma que los cambios no son de la noche a la mañana y que es por ello necesario un tiempo para ir adoptándolos.
Desde el año 2010 que se pudo en marcha la oficina se ha trabajado en buscar el mejor modelo de integración de todo este universo en el devenir diario de la tecnología en Gobierno vasco, más allá de utilizar una u otra herramienta de software libre, que se usan y están presentes. De ahi surgió la necesidad de desarrollar un plan director que viniese ha situar todo lo que conlleva el software libre en un escenario real y que pudiese tener una trazabilidad en el tiempo que demostrase no sólo su necesidad sino también su eficacia. Es por ello que durante este año vamos a desarrollar dicho plan. Además estamos ya trabajando en poner en marcha el modelo de desarrollo colaborativo en la administración y tenemos previsto comenzar con proyectos piloto este mismo año. Debemos ser prudentes y afianzar cada uno de los pasos que damos ya que las resistencias al cambio pueden dar al traste con el modelo. Es por ello que trabajamos conviviendo con otras realidades que ya estaban cuando apareció el software libre en nuestras vidas y no por ello debemos de pensar que no va a ser posible el cambio.
Además se está trabajando también en la normalización de la contratación de productos de software libre y en la reutilización de código. Entiendo que muy pronto tendremos novedades que vendrán a refrendar lo que estoy señalando.
Supongo que en la profesión médica sucede lo mismo con todo lo que supone un cambio, innovación al fin y al cabo. Resitencias iniciales al cambio, modelos que desaparecen con dicha innovación y que intentan ponerle freno, usos limitados y exclusivos, periodos de prueba, y más que hacen que pase bastante tiempo hasta que pueden llegar a toda la ciudadanía.
Conclusión: seguiremos teniendo que convivir con la realidad que heredamos, pero estamos dando pasos firmes para poder cambiar en una línea más libre y eficiente en materia TIC.