martes, 10 de septiembre de 2013

Una enfermedad incurable: la homofobia


Me gustaría poder ayudar a estas dos compañeras con su problema, pero no puedo. Lo suyo no tiene tratamiento. No tiene cura. Está tan arraigado en la intolerancia, en la falta de respeto a lo diferente, en el totalitarismo intelectual y moral, que es imposible que se curen. Y es una pena porque estoy convencido de que al menos Victoria Uroz, (ultra)católica, (ultra)apostólica, romana y homófoba, (¿Matrimonio en crisis? Ánimo, no estáis solos), no lo hace con maldad. Sencillamente no es capaz de entenderlo. Para ella es la cuarta dimensión. Lo que no es de su cofradía no es tolerable. 

Y por eso en este ultimo mes hemos tenido estas dos perlas


Menos mal que por lo menos ella es forense y supongo que los muertos no le cuentan muchas cosas como



Pero no acaba ahí la cosa. Hay otra compañera, por ahora anónima (D.C.M), que aconseja tratamiento para la homosexualidad



Que terrible paradoja: Médicos empeñados en tratar enfermedades inexistentes y médicos que no cuentan con tratamientos ante enfermedades intratables ¡Con lo que avanza la ciencia y estas pobres personas sin posibilidad terapéutica para su problema! Recemos para que pronto encuentren una cura contra la intolerancia.

1 comentario:

  1. Carcajadas hasta el delirio y sutil humor de fondo en el capítulo 14 de la tercera temporada de Boston Legal. El entrañable Juez Brown denuncia a una compañía que no le consiguió curar su TAMS, diagnosticado por su párroco, y le tangó varias decenas de miles de dólares. De visión obligada para los que van por ahí tratando el síndrome (de nombre risible: transtorno de atracción por el mismo sexo)

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