lunes, 12 de septiembre de 2011

Una pequeña dosis de top-down es necesaria


Muy interesante este debate de Redacción Médica en el que ha intervenido Julián Pérez Gil, nuestro Director General de Osakidetza. Os corto/copio sus palabras y me he permitido destacar lo que me ha parecido sustancial.

En resumen:

  • Lo del bottom-up está bien pero como no se lidere de forma clara con la dosis justa (poca pero clara) de top-down el tema se dispersa y se enrolla hasta el infinito sin enfoque claro. (LIDERAZGO)
  • El concepto de continuidad de cuidados en su más amplios términos (coordinación interniveles, enfoque multidisciplinar, nuevos roles, gestores de casos, hospitalización a domicilio, espacio sociosanitario etc) es la clave del asunto.(COORDINACIÓN)
  • Las nuevas TIC y la innovación en general son herramientas que tienen sentido si son eficientes (NUEVAS FORMAS DE HACER)

Julián Pérez Gil: En primer lugar, tiene que haber una estrategia de cambio desde la propia Administración. Las actuaciones de forma aislada, como se hacen en Primaria, tienen que ser apoyadas y dentro de una estrategia de la Administración. Desde el País Vasco, se planteó la Estrategia de Atención al Paciente Crónico desde el inicio de la legislatura. Fue muy importante la reunión en Sevilla del 20 de enero, en la que la SEMI y Semfyc plantearon una estrategia suscrita por todas las comunidades. Ahí hay otro liderazgo de los propios profesionales, que están convencidos que hay que hacerlo así.


Nosotros planteamos cinco políticas. En primer lugar, la estratificación de la población: conocer a los pacientes; en segundo lugar, prevención de la enfermedad; en tercer lugar, dar al paciente autonomía para que gestione su propia enfermedad, la sociedad es muy pasiva y esto es necesario; en cuarto lugar, la continuidad asistencial y la intregación de niveles asistenciales es básico; por último, realizar intervenciones enfocadas al paciente y la eficiencia, en lo que las nuevas tecnologías tienen mucho que ver. También en los sistemas de información, de los que todavía hemos sabido aprovechar todo su potencial.


Cuando digo que tiene que ser la Administración la que se haga cargo del cambio, me refiero a que oriente los recursos hacia otras formas de hacer. Otros países empezaron a hacerlo hace años, mientras aquí estábamos construyendo hospitales, en ellos reducían el número de camas y no porque les atosigue la economía, sino porque ya intuían lo que iba a pasar. Para ello, ya empezaron a utilizar las tecnologías de una forma en la que se libere al médico de consultas burocráticas (no presencial, receta electrónica…), nuevos roles para la profesión de enfermería. En este momento, en País Vasco pilotamos 21 experiencias con enfermeras y esperamos que se extienda a 300 profesionales en 2012, permitiendo la hospitalización a domicilio. En este momento, en País Vasco, en este recurso tenemos el equivalente a lo que sería un hospital de 600 camas, lo que ocurre es que cuando inauguramos este servicio no van los periodistas porque no se ve ningún ladrillo. Cuando una asociación de defensa de la sanidad pública utiliza, para valorar a la sanidad española, unas unidades de medida que son medios en lugar de resultados, lo está haciendo mal.


Lo importante de verdad no son los medios sino los resultados, es decir, en qué se emplea la enfermería y en qué no se emplea, porque puede tener muchísimo más papel del que tiene y sobre todo en la prevención de la enfermedad y en la recuperación del paciente, que siempre debe estar controlado, en el radar del sistema sanitario. Si fuese así, cambiaría totalmente la situación porque el paciente ingresase lo menos posible.


Dentro de los 14 proyectos que tiene la estrategia vasca de crónicos, es importante en el ámbito sociosanitario. Hemos regulado por ley que las competencias para la teleasistencia se pasen al gobierno vasco, unidos en un mismo organismo con el call center. Por otro lado, con la enfermera de enlace se pretende que haga la continuidad entre el centro y la residencia, y conseguir la relación entre la asistencia social y hospitalaria.


Debería estar constituida por una serie de directrices con diversos elementos clave: el paciente como eje de atención, abordaje multidimensional de la cronicidad, evaluación de coste-efectividad de sus proyectos ante de extenderlos al SNS, incorporación de innovación, implicación de profesionales, e importante liderazgo del estamento directivo y autoridades sanitarias.

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