lunes, 19 de septiembre de 2011

Mis queridos enemigos



“Preferiría perder a mi mejor amigo antes que a mi peor enemigo. Para tener amigos solo se necesita ser afable, pero cuando un hombre se queda sin enemigos es que se ha vuelto un pobre hombre”.

  (Oscar Wilde).

Tengo que reconocer que yo tengo enemigos y además de muy buena calidad. Es más. Son uno de los motores que me tienen activo y alerta, que me estimulan. De ellos aprendo mucho, porque mis enemigos no son enemigos de pacotilla. Los selecciono con cuidado. Tienen que tener nivel. Un alto nivel y ser un reto constante. No hay nada más triste que los pseudoenemigos sin “chicha ni limoná”. Me aburren. Tampoco me gustan los que no respetan las reglas de la enemistad. Porque esto de ser enemigos tiene sus reglas. Lo más importante: No se puede mentir ni tergiversar. Los insultos por insultar sin más desprestigian un montón a quien los emite.

Cierto es que en momentos de meditación transcendental me imagino un mundo idílico sin roces ni crispaciones, donde todos somos amigos del alma y todos formamos parte de la red social www.buenrollito.com. Pero la realidad es que hay gente que es mala intrínsecamente, que son odiosos, que por donde pasan van dejando un reguero de tufo dictatorial, de traiciones sin causa, de envidias, de quítate tú para que me ponga yo y ante ellos se puede optar por varias posturas. Los hay que los temen y los evitan, los hay que con capacidades para enfrentarse viven más cómodos en la paz del silencio y los hay que les puede la pasión y se enfrentan.Yo pertenezco a estos últimos pero reconozco que, en general, es un mal negocio salvo, como digo, los conviertas en uno de tus motores, aprendas de ellos el comportamiento de la especie, los estudies con pasión y los coloques como un reto.

Yo también procuro ser un buen enemigo de mis enemigos. No aspiro a que nos reconciliemos, que en ocasiones ya me gustaría, sino a no defraudarles, a estar al nivel que esperan de mi en la discrepancia que nos separa, a que me respeten como yo les respeto a ellos.

Otra ventaja de tener enemigos es que acabas siendo consciente que también tú despiertas pasiones en ellos, que esos califícativos con los que les adornan, son los mismos que ellos te estarán dedicando (corregidos y aumentados) y a poco que dejes de mirarte el ombligo puede ser una inagotable fuente de superación personal. Aunque autocrítica, sí, pero la justa y sin altavoces porque ya se sabe que al enemigo, ni agua.

Por todo ello, gracias, mis queridos enemigos

PD: Este post no es estrictamente sanitario pero ha sido extremadamente terapéutico que a la postre lo convierte en sanitario

3 comentarios:

  1. Qué paso???? creo q me he perdido algo......
    De todas formas, si quieres, podemos hacer una terapia de grupo que en un momentito nos juntamos unos cuantos ..... Sin ir más lejos, hoy en el piso de arriba tenías a 3 o 4, podíamos haber aprovechado el recreo!

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  2. Estoy pensando en mis buenos enemigos, para cuidarlos de manera adecuada ;-)

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  3. Cuando uno tiene una opinión, es lógico que haya gente que tenga la contraria.

    Eso es normal.
    No todos tenemos la misma opinión.
    Lo que no es lógico es llevar la contraria porque sí, insultar o desprestigiar.
    Ahí si me tienen como enemigo.
    No obstante, yo con los míos, (mis enemigos)ni me enfrentro ni me peleo.
    Yo lo que hago es pasar de ellos.

    Un abrazo, amigo.

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