viernes, 2 de marzo de 2012

María, María


Tema complicado donde los haya. Pero parece que el año 2012 pude suponer un antes y un después acerca de la respuesta que la sociedad plantee ante el consumo de la marihuana. La situación actual es la que es y provoca situaciones complejas y absurdas. El contesto actual dice que el tráfico está prohibido pero no el consumo. Tampoco está prohibido el auto-abastecimiento. Como la ley no cuantifica cantidades, al amparo de esta indefinición han nacido los club de consumidores y como no cuantifica cantidades para un juez la misma acción es punible y para otro legal.

El debate se puede plantear en varios planos:

1.- Plano salud. Es perjudicial para la salud ( y lo es a medio y largo plazo) y por tanto se debe prohibir el consumo. En buena lógica se debería prohibir también otros consumos como el tabaco, el alcohol e incluso otras actividades perjudiciales para la salud. En contra de este argumento las libertades individuales en un adulto responsable de sus decisiones.

Tampoco olvidemos su efecto terapéutico y su uso por muchos pacientes de forma reconocida (y de muchos médicos que prefieren mirar para otro lado). Los puristas prefieren el método de extraer el principio activo y venderlo a precio de oro en un spray muy mono

2.- Plano social. Es una realidad social y por tanto que cada uno se cultive su dosis y si se asocian pues tienen una plantación para los socios. Si son mucho podemos tener un mar de marihuana en alguna zonas. En contra de este planteamiento, que esto favorece el consumo y de hecho sería un legalización encubierta. A favor que se acabaría con el tráfico ilegal de esta sustancia

Y en esta diatriba salen dos noticias que, como decía, pueden dar un giro al tema, aclarar a los jueces (que cada uno lo ve de una manera) y dar descanso a los polis para que persigan a los malos de verdad


Casi nada. Porque si se regulariza en Euskadi, tendrá efecto dominó en el resto del Estado

B.- Un pueblo de Tarragona alquilará terrenos para cultivar cannabis. En este caso los habitantes de la Rasquera prefieren ingresos y trabajo antes que tiquismiquis por el tema. Pero no han faltado las reacciones del tipo



Veremos en qué queda todo esto. Las posturas seguro que serán enfrentadas, los argumentos apasionados a favor y en contra, nadie cederá un milímetro de su posición, los purista versus los pragmáticos. 

Pero al final todos cantaremos con Santana


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