domingo, 17 de febrero de 2013

Públicos, privados y mediopensionistas


Es curioso esto de las tendencias en los temas sanitarios. Ahora resulta que cuando en el resto del Estado se tiende a privatizar, perdón, a externalizar lo divino y lo humano, lo prosaico y lo poético, en este nuestro querido país, Euskadi, queremos circular en sentido contrario.

El Onkológico de Donostia, para los que no lo sepan, es un centro especializado en Oncología que esta regido por la Kutxa, una de las Cajas de Ahorro Vascas integradas ahora en el Kutxabank y que forma parte de la obra social de dicha entidad. Es un centro competente y referente en su especialidad y para colmo de (con)fusiones esta sito a 20 metros del complejo Donostia que forman parte del Hospital Universitario de Donostia.

El Onkologico es un centro privado pero vive y sobrevive de las derivaciones de la publica que sufragan el 85% de su presupuesto y la implicación del Gobierno Vasco, a través del Departamento de Salud del Gobierno Vasco es clara, participando activamente en la Fundación Onkologikoa para la que ha designado como patrono a su viceconsejero, Guillermo Viñegra. 

Resulta, que en tiempos de crisis, la entidad bancaria piensa recortar la parte del dinero que aporta y se han encendido las alarmas. ¿Qué pasará con el Onkológico si no es capaz de cubrir su presupuesto?

1.- Una opción, probablemente la mas sencilla para el banco, sería venderla a un complejo privado y a partir de ahí, conveniar, o mejor renegociar, con Osakidetza los acuerdos para la atención a sus pacientes o dedicarse únicamente a la medicina privada.

2.- Otra opción, que es la que propugnan los 59 médicos que trabajan en el Onkológico, es que sea absorbido por la red pública e integrado en su oferta asistencial.

Para darle un poco mas de morbo al tema, el nuevo Director General de Osakidetza viene de regir los destinos del Onkológico.

Por otra parte habría que solventar la integración laboral de sus trabajadores ya que ninguno de ellos está donde está por haber superado una OPE y por tanto no tendrían derecho a un puesto fijo en Osakidetza. A más abundamiento habría que integrar el Onkológico con mucho mimo ya que a 20 metros existe un hospital, totalmente público, con su servicio de oncología, su cartera de servicios y su personal, que ha accedido por oposición.

3.- Y esta circunstancia es la que da pie a una tercera solución que ya adelanto que no me gusta nada. Osakidetza se hace cargo del Onkológico como propietario, lo compra o acepta agradecida el regalo gratuito o a un precio simbólico, pero externaliza su gestión a un gestor privado que asume a todo su personal en "condiciones de empresa privada" dando un servicio público a los pacientes de la CAV pero a través de una empresa privada que la gestiona. 

Parece que el convenio entre el Onkológico y Osakidetza está a punto de finalizar y toca hablar de su renovación. Pronto saldremos de dudas de cual es la fórmula elegida para solventarlo


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