miércoles, 17 de julio de 2013

Formando al personal de Osakidetza




Ya se sabe que en tiempos de crisis esto de las cantidades son siempre relativas y que priman más las posibilidades que los deseos. Así en bruto parecen muchos euros pero si tenemos en cuenta que Osakidetza tiene una plantilla de unos 30.000 empleados entre fijos, prefijos y subfijos, la cantidad prorrateada por cabeza es de 16,42 €/trabajador/año.

Es evidente que no todo el mundo va a recibir la misma cantidad ni va a ser objeto de la misma oferta, pero te pongas como te pongas y lo mires como lo mires, no parece que sea una cantidad como para tirar cohetes ni como para decir en voz alta que la oferta de formación es tan guay que es el no va más del Paraguay.

Lo que no me encaja es que ante una oferta tan justita, Osakidetza sea tan rácana, tan estricta, tan cicatera, a la hora de valorar los cursos que los profesionales realizan por su cuenta como horas de compensación para equilibrar el famoso déficit horario.


Acepto que los contenidos de esa autoformación deban de ser de interés para la organización, acepto que deban ser acreditados de forma oficial, acepto que se deban autorizar de forma previa para evitar malentendidos, acepto que estas horas tengan un limite porcentual del total de horas a recuperar, acepto pulpo como animal de compañía, pero lo que no acepto es que si un trabajador se forma, motu proprio, en un tema que mejora sus conocimientos y habilidades en su trabajo habitual, lo hace en sus horas libres, los financia con sus recursos ... obtenga un lacónico "no aplica" como respuesta a su petición de compensación horaria.

Ya nos hemos resignado a que los mismos políticos, del mismo partido, hayan sido capaces de encontrar fórmulas para solventar situaciones similares en otros organismos públicos que no han querido trasladar a Osakidetza, pero no acabo de entender la cicatería en este terreno. Queda aún mucho tiempo antes de fin de año para rectificar y ya se sabe que rectificar es de sabios

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