miércoles, 21 de diciembre de 2011

La salud embebida



Leo este artículo y en vez de salud embebida me suena más a salud bebida, vamos, borracha hasta las trancas porque hay que ver que panorama nos insinúa.

Pues no, va a ser que no. Si este es el panorama del futuro y esta la sanidad que nos espera estamos a tiempo de pararla. Porque eso de que nos convirtamos en elementos de una sociedad sana,  pero por decreto ley,  y que para que se cumplan sus preceptos estemos constantemente espiados, controlados, dirigidos, manipulados como si fuéramos robots, pero robots tontos del haba, no es precisamente describir el  futuro que uno desea a toda costa.

Ya sabes: Si estas gordo, te implantamos un chip y si te pasas de las calorías que te hemos programado, te damos una descarga de cien mil voltios para que ni se te ocurra volver a intentarlo.

Que llevas un día perezoso tumbado a la bartola, pues el sillón te catapulta directamente a la calle para que pasees si o si.

Que se te ocurre tener relaciones sexuales sin protección, ni te cuento lo que te va a pasar  pero te lo puedes imaginar.

Y de aquí a controlar algún tipo de pensamiento incorrecto, que ya se sabe que aumenta el stress y no es bueno para tu salud, va un paso y el Gran Hermano se nos hace realidad y uno no tiene madera de héroe ni edad de tener que luchar contra todos estas cosas.

Ya se sabe que a las tecnologías las carga el diablo. Así que reivindiquemos un poco de chorizo y un día a la bartola como parte de nuestra libertad y dejemos la salud embebida para mejor ocasión, eso si, con un buen vino que facilite que la salud esté bien embebida

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