martes, 29 de marzo de 2011

Una visión neoliberal de la sanidad


Estos días se ha publicado este informe de la conocida consultora PwC en el que plantea y opina sobre lo que ellos denominan los diez temas candentes de la Sanidad Española para 2011.

Dios nos libre de que la sanidad caiga en sus manos. Su visión de los problemas es estrictamente de mercado, de gestión de recursos, de competitividad. Vamos, para ellos la sanidad pública debe ser gestionada con criterios de empresa y solamente les preocupa los gastos/beneficios de la organización. Un modelo muy americano, muy capitalista.

Lo que no dicen es si un hospital que, dando cobertura a una zona o región ,es deficitario, si lo que se debe hacer es cerrarlo y prescindir de sus servicios ( y que el personal se busque la vida) aunque por el aroma del informe me temo que no lo dudarían.

Para que os hagais una idea del tono de sus planteamiento recojo estas joyas en relación al papel de los sindicatos en la sanidad de nuestro país:

Pero la cuestión está en que partimos de una situación previa ineficiente, donde hay un exceso de permisividad en relación con las ausencias laborales (absentismo), una fuerte presencia de los sindicatos cuyas reivindicaciones van siempre en la línea de minorar los tiempos de dedicación asistencial de muchos profesionales, lo que puede constituir una barrera a la mejora de la gestión de los recursos humanos, y se carece de un modelo de incentivación y reconocimiento de aquellos profesionales que más aportan.

Es necesario modular las reivindicaciones de los sindicatos, para que el modelo deje de ser improductivo e incapaz de afrontar las reformas necesarias. El modelo de unos sindicatos siempre demandantes (de nuevas contrataciones, más libranzas, más ventajas de todo tipo sin analizar su impacto en la productividad,…), frente a una Administración débil y siempre claudicante cuya prioridad es la “paz social” constituye una grave amenaza para el sistema. Aquí hay una importante diferencia con el sector privado, ya que los directivos de compañías privadas tienen que competir en el mercado, lo que supone un importante incentivo a la hora de analizar y sopesar las demandas de los sindicatos, y buscar un punto de equilibrio entre las necesidades de los profesionales y de las empresas. El que los directivos del ámbito público tienen el monopolio de sus servicios y disponen de pocos incentivos para resistir a las presiones de los  indicatos es un hecho ampliamente reconocido y no sólo en nuestro país.

¿Y cual su propuesta en este tema?. Voilá

Entrar en diálogo con el mundo sindical, de tal manera que la actividad de los sindicatos no sea un motor de ineficiencia del sistema, alejándonos de las preocupaciones de su productividad.

Pero es curioso que estos neoliberales acérrimos, defensores de la libertad (del mercado) cuando se plantean aspectos relacionados con la farmacia dicen:

Habrá que reflexionar sobre el tipo de modelo sanitario que queremos, si se quiere lo “barato” o tener una medicina de última generación. Claro que esto último requerirá “sacrificar” otras prestaciones de menor valor añadido. Así, se deberá asegurar la cobertura de la población con aquellos medicamentos de mayor valor para el interés general, evitando que se generen diferencias entre comunidades autónomas. Desarrollo del calendario vacunal único.

Además de generalizar y regular la obligatoriedad de realizar evaluaciones económicas de los medicamentos que se incorporen al SNS, las decisiones deberán estar también apoyadas por la sociedad, por lo que será necesario canalizar la participación pública a la hora de autorizar su inclusión.

Así que atentos a la jugada: Neoliberales si, pero despilfarradores lo justo. El "negoci" es el "negoci"

1 comentario:

  1. Estos señores se olvidan de que, a pesar de todos los problemas, tenemos una sanidad modelo de eficiencia y de que EE UU, paradigma del neoliberalismo, tiene una sanidad pública lamentable, además de cara. Respecto a los sindicatos, no son santos de mi devoción, pero no creo que sean los únicos, ni los más importantes motores de ineficiencia. La administración, concretamente los políticos, solo se muestran débiles y claudicantes con los poderosos. A la hora de apretar las tuercas a los débiles no les tiembla el pulso. Y el acceso a la medicina de última generación no creo que sea incompatible con "lo barato" si entendemos que lo más barato es lo más eficiente para el usuario, el profesional y la sociedad, no para los intereses de determinados grupos, empeñados en hacernos pasar por las horcas caudinas de una productividad económica, a costa de recortes indiscriminados que, mira que soy mal pensada, tengo para mi que van a afectar a los sectores más débiles de la sociedad.
    El gran problema del sector público es que los que lo dirigen tienen intereses espúreos que poco tienen que ver con los intereses de la población en cuyo nombre actuan.
    Un saludo

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